20 de febrero de 2010

alex9.2 al servicio de la comunidad


20 de marzo del 2056.

Estaba cómoda e impacientemente sentado bebiendo mi café en la Luna, ese es mi lugar favorito para tomar café, para sentarme cómodamente y prácticamente para hacer todo lo que hacen las personas a mi edad(hay quienes aseguran que allí vivo), todo eso excepto impacientarme. ¿Pero que querían que hiciera? ya era mi quinta taza y Vincenzo no llegaba, no es que me importe mucho la existencia de ese despreocupado chamaco pero ese día me había prometido que me llevaría un libro al cual tenía ganas de devorar desde hace muchos años "¿Esta usted bromeando señor Feynman?".

Paso una mosca volando agilmente junto a mi y la mate con la ágil vibración de mi teléfono, la tome con una servilleta, la deposite en mi café y llame a la mesera para quejarme de lo ocurrido y no me cobraran, pero no me hizo caso, dijo con ceñuda cortesía que había visto todo y por lo tanto no podía hacer nada al respecto. En eso aparecio en la puerta un tipo de unos 40 años musculoso, rapado y con cara de pocos amigos, se sento junto a mi mesa y se puso a leer el periodico. Y justo en ese momento Salio Vincenzo del baño.

- ¡¿Estubiste en el baño todo el tiempo?! -le espete en la cara
- No me culpe, tengo una diarrea que no se imagina...
- ¡Silencio!, ¿lo trajiste?
puso cara de "deberas..." y luego dijo
- Aquí lo tengo -dijo quitandose la mochila, detuvo ese movimiento y continuo- pero recuerda el trato.
- ¿El que?
- El trato
- ¿Trato?
- Si, el trato
- No hicimos ningun trato, ¡dame ese libro!
Le cambio la voz a la que le conosco de siempre osease de estupidamente serio a estupidamente normal.
- ¿Enserio?, bueno, en ese caso... ¿podrías hacerme un favor de amigos? -dijo con una sonrisa tonta-
- Primero dame el libro -le adverti-

Me lo dio obedientemente y lo tome con una jovial alegria. Me recargue en mi asiento, lo abri a la mitad para ojearlo, lei dos lineas, lo cerre y lo tire hacia la puerta abierta en ese momento por una persona que para su suerte nacio chaparro.

- Bien, ¿que es lo que quieres que haga?
- Si, este..., tu eres amigo de mi papá ¿verdad?
- NO.
- ahhh... -empezo a vacilar un poco-
- ... -ya me daba una idea de quería de mi-
- Pero lo conoces.
- Si, una vez me dio una pizza por hacer nuestra tarea.
- ¡Andale!, eso es, lo conoces de joven y ademas tienes una maquina del tiempo.
- Aja...
- Lo que quiero es que uses ese aparatito tuyo para regresar al momento en que decidio ponerme este nombre tan horrendo y lo convensas de ponerme uno mejor, el que sea, que suene bien, no muy comun, facil de recordar pero que sea decente...

En ese momento ya no estaba escuchando, lo unico que tenia en a la mente era su obvia ignorancia sobre las paradojas temporales que podría causar semejante capricho y lo inutil que sería tratar de explicarselo a un ingeniero en calzado de primer nivel como lo era Vincenzo... ¡Zaz! ¡Que idea se me ocurrio!, algunas neuronas comenzaron a hacer conexión y... por supuesto, eso lo explica todo, sino me equivoca esto ya era un suceso inevitable voy a viajar al pasado, encontrare a su padre y sugeriré un buen nombre para su hijo el cual aun no esta ni planeado y así vendrá a este mundo Rodrigo, su hermano mayor.

No se en que punto deje de pensarlo para empezar a decirlo pero Vincenzo tenia en la cara una mueca combinada de confusión, repulsión y sorpresa, que bueno por que asi no tendre que repetirlo. Di un sorbo a mi café en señal de que la discusión quedaba acabada tan solo para inmediatamente escupir la mosca en la espalda del sujeto musculoso, rapado y con cara de pocos amigos. Se levanto el tipo aquel colerico, por lo que hice lo que me dicto la moral en turno: "Fue el" dije apuntando a Vincenzo.

Ya no me quede a ver que pasaba con Vincenzo, el puno del sujeto musculoso y la cuenta que no pague, por que tenia que escribir este post, para que de esa manera cierta persona sepa como llamar a sus dos hijos aun no (y tal vez nunca) planeados.

Recuerda que estoy al servicio de ti y tus problemas gentil lector.

Cambio y fuera.

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