18 de febrero de 2012

Entrevista a Pau García

“Si tienes una idea, da igual si tienes estudios, si estás forrado, si tienes tres carreras, si tienes quince años… puedes hacer lo que quieras”.

11 de febrero de 2012

...un suave amor sereno que llaman amistad.

Manuel Acuña
por José Martí
(1853-1895)
...un suave amor sereno que llaman amistad.



¡Lo hubiera querido tanto, si hubiese él vivido! Yo le habría explicado qué diferencia hay entre las miserias imbéciles y las tristezas grandiosas; entre el desafío y el acobardamiento; entre la energía celeste y la decrepitud juvenil. Alzar la frente es mucho más hermoso que bajarla; golpear la vida es más hermoso que abatirse y tenderse en tierra por sus golpes.

Hieren al vivo en el pecho, y recompone sonriendo sus girones; hieren al vivo en la frente, y restaña sonriendo las heridas. Los que se han hecho para asombrar al mundo, no deben equivocarse para juzgarlo; los grandes tienen el deber de adivinar la grandeza: ¡paz y perdón a aquel grande que faltó tan temprano a su deber!

Porque el peso es ha hecho para algo: para llevarlo; porque el sacrificio se ha hecho para merecerlo; porque el derecho de verter luz no se adquiere sino consumiéndose en el fuego. sufre el leño su muerte, e ilumina; y ¿más cobarde que un leño, será un hombre? A él le queda por ceniza la ceniza: a nosotros el renombre, la justicia, la historia, la patria, el placer mismo de sufrir: ¿qué mejor sepulcro y qué mayor gloria? Cerrada está a las plantas la superficie de la tierra: abrirla es violarla: nadie tiene el derecho de morir mientras que para erguir la vida que dieron le quede un pensamiento, un espanto, una esperanza, una gota de sangre, un nervio en pie. Para pedestal, no para sepulcro, se hizo la tierra, puesto que está tendida a nuestras plantas.

Yo habría acompañado al grande y sombrío Acuña, a aquella alma ígnea y opaca, cuyo delito fue un desequilibrio entre la concepción y el valor - yo le habría acompañado, en las noches de mayo, cuando hace aroma y aire tibio en las avenidas de la hermosísima Alameda [parque de la Ciudad de México]. De vuelta de largos paseos, tal vez de vuelta del apacible barrio de San Cosme, habríamos juntos visto cómo es por la noche más extenso el cielo, más fácil la generosidad, más olvidable la amargura, menos traidor el hombre, más viva el alma amante, más dulce y llevadera la pobreza.

Habría en mí sentido, apoyado su brazo en mi brazo, cómo hay un amor casi tan bello como el amor, pronto siempre en el hombre a complacencias infantiles y a debilidades de mujer: un suave amor sereno que llaman amistad. Y preparados ya a lo inmenso por ese cielo elocuente mexicano, que parece una azul sucesión de cielos, le habría yo inspirado la manera de acostarse, cielo y hombre, por la tranquilidad, que es un gran osadía, es un mismo lecho.

¿Tan pequeña es el alma que son límites las paredes sin tapiz, la vida sin holguras, equivocados y miserables amoríos y la fatal diferencia entre la esfera social que se merece y aquella en que se vive, entre la existencia delicada a que se aspira y la brusca y accidental en que se nace?

Yo sé bien qué es la pobreza: la manera de vencerla. Las compensaciones son un elemento en la vida, como lo son las analogías. La aspiración compensa la desesperación; la intuición divina compensa y premia bien el sacrificio.

Le habría yo enseñado cómo renace tras rudas tormentas, el vigor en el cerebro, la robustez y el placer en el corazón. Las esferas no vienen hacia nosotros, es preciso ir a las esferas. Si la fortuna nos produjo en accidentes desgraciados, la gloria está por vencer, y la generosidad en dar lección a la fortuna. Si nacimos pobres, hagámonos ricos; si sentimos el sol en el alma, qué gran crimen echar tierra oscura sobre el sol. Se es responsable de las fuerzas que se nos confían: el talento es un mártir y un apóstol: ¿quién tiene derecho para privar a los hombres de la utilidad del apostolado y del martirio.?

Y era un gran poeta aquel Manuel Acuña. El no tenía la disposición estratégica de Olmedo, la entonación pindárica de Matta, la corrección trabajosa de Bello, el arte griego de Téophile Gautier y de Baudelaire; pero en su alma eran especiales los conceptos; se henchían a medida que crecían; comenzaba siempre a escribir en las alturas. Habrán hecho confusión lamentable en su espíritu los cráneos y las nubes: aspirador poderoso, aspiró al cielo: no tuvo el gran valor de buscarlo en la tierra, aquí que se halla.

Hoy lamento su muerte: no escribo su vida; hoy leo su nocturno a Rosario, página última de su existencia verdadera, y lloro sobre él, y no leo nada. Se rompió aquella alma cuando estalló en aquel quejido de dolor.

El estaba enfermo de dos tristes cosas: de pensamiento y de vida. Era un temperamento ambicioso e inactivo: deseador y perezoso: grande y débil. Era una alma aristocrática, que se mecía apoyada en una atmósfera vulgar. El era pulcro, y murió porque le faltaron a tiempo pulcritudes de espíritu y de cuerpo. ¡Oh. la limpieza del alma!: he aquí una fuerza que aun es mejor compañera que el amor de una mujer. A veces la empaña uno mismo, y, como se tiene una gran necesidad de pureza, se mesa uno los cabellos de ira por haberla empañado. Tal vez esto también mató a Manuel Acuña; ¡estaba descontento de su obra y despechado contra sí! No conoció la vida plácida, el amor sereno, la mujer pura, la atmósfera exquisita. Disgustado de cuanto veía, no vio que se podían tender las miradas más allá. Y aseado y tranquilo, acallando con calma aparente su resolución solemne y criminal, olvidó, en un día como éste, que una cobardía no es un derecho, que la impaciencia debe ser activa, que el trabajo debe ser laborioso, que la constancia y la energía son las leyes de la aspiración: y grande para desear, grande para expresar deseos, atrevido en sus incorrecciones, extraño y original hasta en sus perezas, murió de ellas en día aciago, haciéndose forzada sepultura; equivocando la vía de la muerte, porque por la tierra no se va al cielo, y abriendo una tumba augusta, a cuya losa fría envía un beso mi afligido amor fraternal.


de "El Federalista"
México, 6 de Dic. de 1876

5 de diciembre de 2011

La panza de Buda, parte III

Budita tenía ya largo rato con esa sensación en la cabeza de que algo es incomodo pero no le importó hasta que se convirtió en ese dolor que le da a uno cuando se recarga en algo duro durante mucho tiempo. Acabó de decir que le importó pero aún así continuó sin hacer nada al respecto. Estaba acostada y con los ojos cerrados, tal vez estaba meditando, ...o simplemente tenía sueño (cuando se trata de Budita nunca se puede estar seguro de esta s cosas).

"Pelos", pensó.

No quería pensar pero uno no simpre tiene lo qe quiere. Sintió el pasto en el que estaba acostada lo cual le intrigó bastante pues no recordaba haberse acostado a dormir en ningun pasto, dhecho no recordaba haberse acostado a dormir.

"Pelos", volvió a pensar.

Lo que le provocó perguntarse donde estaba, por que estaba dormida sobre un pasto desconocido y por que pensaba en la palabra "pelos". Y fue entonces cuando cayó en cuenta de que no estaba pensando en la palabra "pelos" sino que la estaba escuchando.

— ¡Quitame tus pelos de ensima!

Hasta entonces abrió sus no exageradamente grandes ojos, pero no pudo ver nada; la luz del sol en un medio diía sin nubes la cego por unos insantes.

— Tu cabeza pesa mucho —volvió a decir esa voz

El sonido venía del suelo, así que fue allí a donde volteó despues de haber frotado inesesariamente sus ojos y se encontró con una roca. Aunque claro esta, no se trataba de una roca ordinaria, sino de una roca ordinaria y parlante.

— Ya era hora —Dijo la roca con un tono de resentimiento que a Budita le pereció bastabte familiar.
— ¡Tavo! —Exclamo al fin.
— No me llames así —Le espeto tavo la roca a sabiendas de que era una causa perdida; Budita no respeta el nombre de nadie, ni siquiera el suyo. Después de resoplar por la boca para expulsar el resto de su resentimientoy resignación (por que debo agregar que tavo la roca tenía boca) prosiguió— Mira, ¿No te parece increible? soy una roca, nose como no se me ocurrió antes, ahora soy muy feliz solo mira lo duro y liso que estoy, si me lanzarán con fuerza contra la cabeza de alguien podría matarlo seguramente; y ademas, mira en que lugar mas apacible estoy, no me movería de quí ni aunque pudiera (por que debo agregar que tavo la roca no tenía pies).
— ¡Ke padre! pero tavo, ¿Cómo lograste ser una roca?
— Es obvio que esto es simplemente un sueño, y por la calidad de los graficos y la falta de imaginación, asumo que es tuyo...
— Bueno, ¿etonces nos vamos?
— ¡¿Qué?!, acavo de decir...
— ¡Vamos que se hace tarde!
— ¿A donde quieres ir?
— No se, pero ese camino de allí se mira muy bonito y quiero ver a donde se llega.
— Ya veo, ¿Y yo por que voy?
— Por que eres un buen amigo.
— Ah, claro.

Y entonces se fueron por ese camino de terraceria que llevaba a algun lugar desconocido y que tenía forma de bosque. Claro esta que era Budita la unica que andaba; tavo la roca, por no tener pies iba de mala gana en sus manos.

Al cavo de un rato, llegaron efectivamente a un bosque y después de vagar sin rumbo durante otro largo rato perdiendose cada vez mas estaban exaustos, por lo que decidieron pedir ayuda en una cabañita de madera que habían visto un rato atras pero que en un comienzo no se decidieron a entrar.

Tardaron tanto en encontrar nuevamente la cabañita que se les hizo de noche. Se miraban algunas luces por la ventana y Budita se acerco a la puerta a tocar.

— Toc, toc, toc —dijo Budita con un esmero digno de una puerta.
— ¡No molestes, no pienso ayudarte! —se escucho desde adentro luego de un rato.

La voz de aquella persona era amargada y resentida, pero eso no le importaba a Budita, así que insistió.

— Por favor, necesito ir al baño y ya no aguanto.

Luego de otro rato de silencio, se escucho ese ruido que hacen las puertas cuando le quitas como 5 seguros y después se abrió la puerta. Y entonces Budita y tavo pudieron ver que se trataba de una chica vestida con pieles. Obviamente se trataba de Caperucita roja; que ahora en vez de su capucha roja, vestía las pieles del lobo feroz del bosque.

— Quiero que se larguen, estoy muy ocupada, tengo un problema muy grande aquí y nadie debe distraerme... —Caperucita roja siguió hablando pero Budita ya no lo escuchaba porque había aprovechado para atravezar la puerta y entrar al baño.

Luego de un rato salió y se encontro con que la Caperucita roja y tavo la roca estaban en la mesa de la cocina alegando sobre algo con palabras muy raras. Budita quería saber de que hablaban y se los pregunto.

— Este es el problema —dijo la Caperucita roja mostrando un cepillo de dientes lleno de pasta de dientes y un tubo de pasta de dientes desbordandose por las orillas de pasta de dientes.— No puedocerrar la tapa por que se derramaría pasta de dientes y ya no puedo ponerle mas a mi cepillo.

— Tal vez podríamos diseñar un sistema de succión usando conectando una manguera por la parte trasera, tal vez perforando... —Ese era tavo usando las palabras raras de las que hable hace un momento.

Budita no entendia aquello. ¡El problema era muy sencillo!. Tomó el tubo de pasta y agarró el sobrante con los dedos, enseguida se lo metio a la boca y se puso a mover sus cachetes ayudada de sus manos. Luego de un rato, no supo que hacer con aquello y se lo tragó.

Esto impresionó sobremanera a la Caperucita roja. Y como todos sabemos, cuando ayudas a una persona que te de un mal trato esta debe ahora ser benevolente y amable para compensarlo, y esta no fue la excepción.

Caperucita roja quedo tan agradecida que les ofreció alojamiento esa noche y por todo el tiempo que gustaran. Eso y toda la carne de lobo que pudieran comer.

— Eso será hasta que se acabe este sueño —Intervino tavo la roca.
— ¿Y cuándo va a pasar eso? —Quizó saber Caperucita roja.

En este punto Budita se detuvo.

— Cierto, —Dijo tavo— Mientras que en el mundo real buscas significados a partir de tu vida, en los sueños es al reves, son los significados los que hacen los sueños. Así que... piensa, ¿No hay algo que quieras hacer antes de despertar?

¡Por supuesto! ¿Cómo lo había olvidado?

Budita necesitaba su panza para dar buena suerte. Era por esa cosa tan importante por la que estaba soñando ahora mismo.

— Entonces... ¿Hasta cuando te quedaras? —Volvió a preguntar Caperucita Roja.

Budita penso y penso y luego de un rato contesto:

— Nose.

FIN.

15 de junio de 2011

Sefiroticum, el camino a Dios, a la sabiduría y la conciencia:

El Abismo, Abada, está entre las dos filas. Solo aquellos que poseen Da'at, Conocimiento, pueden pasar Abada. Sin Da'at, Paroket es una doble cortina de lino; y el cuarto más allá se queda en la tierra. Con fragmentos de conocimientos, un pasaje peligroso puede ser hecho. Uno lo hizo y murió. Otro lo hizo y se volvió loco. Un tercero lo hizo y se volvió ateo. Un cuarto pasó Abada con gran esfuerzo y volvió para iluminar el Chesidim. Un quinto va y viene a voluntad, pero la cabeza de éste está en el cielo mientras que los pies están en el infierno.

9 de junio de 2011

De como se queda uno solo........

Un buen d?�a, me dedico a leer libros de autoayuda y me voy separando de los demas seres que tengo a mi alrededor. ??Busco resupuestas?, que luego no encuentro, y cuando me doy cuenta de quienes me puden ayudar, ya los he apartado de mi. Es esto soledad, locura transitoria u solo es mi timidez. Tener, mujer e hijos, no implican que no pueda quedarme solo, es eso normal o lo anormal es la soledad que busco o ya estoy autoayudandome.

4 de mayo de 2011

Los exploradores

Tres cronopios y un fama se asocian espeleológicamente para descubrir las fuentes subterráneas de un manantial. Llegados a la boca de la caverna, un cronopio desciende sostenido por los otros, llevando a la espalda un paquete con sus sandwiches preferidos (de queso). Los dos cronopios cabrestante lo dejan bajar poco a poco, y el fama escribe en un gran cuaderno los detalles de la expedición. Pronto llega un primer mensaje del cronopio: furioso porque se han equivocado y le han puesto sandwiches de jamón. Agita la cuerda y exige que lo suban. Los cronopios-cabrestante se consultan afligidos, y el fama se yergue en toda su terrible estatura y dice: NO, con tal violencia que los cronopios sueltan la soga y acuden a calmarlo. Están en eso cuando llega otro mensaje, porque el cronopio ha caído justamente sobre las fuentes del manantial, y desde ahí comunica que todo va mal, entre injurias y lágrimas informa que los sandwiches son todos de jamón, que por más que mira y mira, entre los sandwiches de jamón no hay ni uno solo de queso.

Hitorias de cronopios y de famas. Julio Cortazar

7 de marzo de 2011

La panza de Buda, parte II

Aún recuerdo la primera vez que Budita entró a mi oficina. Era una mujer de cabello oscuro y ojos vidriosos, unos pantalones de mezclilla y una blusa naranja cubrian su esbelta figura. No usaba moño, lo que significaba que no era un regalo.

—Kmo pdite permitir ese robo?!!! —eso fue lo primero que dijo cuando le conte lo que había pasado con la historia. Sonaba histerica, las mujeres suelen estarlo.— demando konoser el final de la historia!!!

—Lo siento, pero lo que usted necesita es un nutriologo. Aunque consiguiera recuperar la historia no creo que le sirva de mucho —al escuchar esto se movio incomoda en su asiento.

—No me importa! —replico furiosa— igual kiero k la encuentres!

Era de las insistentes, de las que te rompen el corazón... o las piernas.

—Le advierto que mis servicios no son nada baratos —despues de todo soy un investigador privado y el ruido de las monedas cayendo en mis manos es música para mis oidos— Si quiere que encuentre la historia tendrá que darme todos los detalles.

—Asku, io no te voi a pagar nad —dijo la dama mientras se cruzaba de brazos— además fue a ti al que se la robaron, io ni estaba. No se komo le bas a axer pero me bas a kontar el final!!!

En ese momento la habitación se llenó de un silencio total. No había nada que decir, la dama había jugado bien sus cartas y lo unico que podía hacer era aceptar el caso.

—Entonxes bamos a ir o no? —dijo al tiempo que se levantaba de un salto con esa sonrisa suya que te lleva al paraiso.

—¿Disculpe? —dije mas como reproche que como duda.

—Vamos al lugar donde te robaron la historia a buscar pistas —replicó como si aquello fuera lo mas obvio del mundo. Probablemente lo era.

—Eso es lo que planeaba hacer, pero solo.

—io tambien voi a ir aunke no kieras, asi k mejor vamos juntos.

En ese momento no lo sabia, pero la dama siempre se sale con la suya; lo aprendi de la mala manera. Bueno, tampoco es que no quisiera ir con ella; es solo que estoy acostumbrado a trabajar solo.

Así que al final de cuentas volví a ceder ante sus ordenes. Saqué del cajón de mi escritorio mis dos armas (una es un revolver que siempre tengo cargada, la otra es una botella y me mantiene cargado a mi) y nos dirijimos a la escena del crimen.

No tardamos mucho en llegar, el lugar estaba bastante cerca. Las veces que había estado aqui antes estaba repleto de personas a las que apreciaba, pero eso fue hace mucho tiempo atras cuando mi vida era otra; ahora solo había silencio y soledad.

También había una libreta a la que le faltaba una hoja.

—K pasa? —dijo la dama luego de un rato.

—Nada, solo recordaba algo. —avance hasta la libreta— Aunque...

—Tienes miedo de algo, verdad? —completó ella como leyendome los pensamientos. No contesté inmediatamente, así que continuó— No creo que aiga nadie mas ademas de nosotros aki.

—Escuche —dije sin dejar de ver la libreta— llameló usted corazonada o como quiera pero algo me dice que este lugar es peligroso y deberíamos irnos inmediatamente.

—Ya veo —sonaba de repente melancolica— de modo k kres k el culpable puede volver a la esena del krimen. Pero komo podria el saber k estamos aki?

Eso era cierto, no habían razones para preocuparse a no ser que el culpable supiera que estamos aqui. El culpable. ¿Quién era?, ¿Por qué no podía encontrarlo? Piensa, de alguna manera había llegado hasta la libreta en el momento justo y no había dejado rastro.

—Conosco a una persona que es capaz de todo esto —dije tratando de ordenar mis pensamientos— pero no podría..., es decir no lo haría ṕorque...

En ese momento u ruido a mis espaldas llamó mi atención como solo una pistola al amartillarse puede hacerlo.

—Pork me ama? —su voz no reflejaba ninguna emoción.

¡Era una trampa! La dama me había engañado, no queria resover ningún caso, solo quería un cadaver. Me di vuelta lentamente, sin movimientos bruscos; tenía que verlo para creerlo.

No lo crei. Tenia en sus manos una 87 (una belleza) y me apuntaba a la cara con una inocente sonrisa.

—Aora si estas confundido no? —Y diciendo esto solto una risita al tiempo que sacaba de su bolsillo una hoja de papel. En la hoja había una historia.

No me gustaba nada como iba esto, así que decidi escribir otro final con mi revolver.

Solté la libreta y la pateé hacia ella para distraerla mientras sacaba mi arma, me aparte hacia un lado al tiempo que solté trs disparos.

Ella hizo lo mismo.

El silencio volvio a reclamar la habitación. Yo estaba en el suelo pero me levante de inmediato. La dama no estaba. Senti un dolor en mi hombro; estaba sangrando pero solo había sido un rasguño. No muy lejos de mi estaba esa vieja y maltratada hoja.

Esa fue la ultima vez que la vi.

Había resuelto el miesterio pero la dama ya no era mi cliente, además el culpable resulto ser amigo mio. Decidi cerrar el caso y ponerme a escribir algo que debí terminar hace mucho tiempo.

24 de febrero de 2011

Instrucciones para llorar


Dejando de lados los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en la contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lagrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente.

Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el habito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca.

Llegando el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.

Historias de cronopios y de famas. Julio Cortázar.