5 de diciembre de 2011

La panza de Buda, parte III

Budita tenía ya largo rato con esa sensación en la cabeza de que algo es incomodo pero no le importó hasta que se convirtió en ese dolor que le da a uno cuando se recarga en algo duro durante mucho tiempo. Acabó de decir que le importó pero aún así continuó sin hacer nada al respecto. Estaba acostada y con los ojos cerrados, tal vez estaba meditando, ...o simplemente tenía sueño (cuando se trata de Budita nunca se puede estar seguro de esta s cosas).

"Pelos", pensó.

No quería pensar pero uno no simpre tiene lo qe quiere. Sintió el pasto en el que estaba acostada lo cual le intrigó bastante pues no recordaba haberse acostado a dormir en ningun pasto, dhecho no recordaba haberse acostado a dormir.

"Pelos", volvió a pensar.

Lo que le provocó perguntarse donde estaba, por que estaba dormida sobre un pasto desconocido y por que pensaba en la palabra "pelos". Y fue entonces cuando cayó en cuenta de que no estaba pensando en la palabra "pelos" sino que la estaba escuchando.

— ¡Quitame tus pelos de ensima!

Hasta entonces abrió sus no exageradamente grandes ojos, pero no pudo ver nada; la luz del sol en un medio diía sin nubes la cego por unos insantes.

— Tu cabeza pesa mucho —volvió a decir esa voz

El sonido venía del suelo, así que fue allí a donde volteó despues de haber frotado inesesariamente sus ojos y se encontró con una roca. Aunque claro esta, no se trataba de una roca ordinaria, sino de una roca ordinaria y parlante.

— Ya era hora —Dijo la roca con un tono de resentimiento que a Budita le pereció bastabte familiar.
— ¡Tavo! —Exclamo al fin.
— No me llames así —Le espeto tavo la roca a sabiendas de que era una causa perdida; Budita no respeta el nombre de nadie, ni siquiera el suyo. Después de resoplar por la boca para expulsar el resto de su resentimientoy resignación (por que debo agregar que tavo la roca tenía boca) prosiguió— Mira, ¿No te parece increible? soy una roca, nose como no se me ocurrió antes, ahora soy muy feliz solo mira lo duro y liso que estoy, si me lanzarán con fuerza contra la cabeza de alguien podría matarlo seguramente; y ademas, mira en que lugar mas apacible estoy, no me movería de quí ni aunque pudiera (por que debo agregar que tavo la roca no tenía pies).
— ¡Ke padre! pero tavo, ¿Cómo lograste ser una roca?
— Es obvio que esto es simplemente un sueño, y por la calidad de los graficos y la falta de imaginación, asumo que es tuyo...
— Bueno, ¿etonces nos vamos?
— ¡¿Qué?!, acavo de decir...
— ¡Vamos que se hace tarde!
— ¿A donde quieres ir?
— No se, pero ese camino de allí se mira muy bonito y quiero ver a donde se llega.
— Ya veo, ¿Y yo por que voy?
— Por que eres un buen amigo.
— Ah, claro.

Y entonces se fueron por ese camino de terraceria que llevaba a algun lugar desconocido y que tenía forma de bosque. Claro esta que era Budita la unica que andaba; tavo la roca, por no tener pies iba de mala gana en sus manos.

Al cavo de un rato, llegaron efectivamente a un bosque y después de vagar sin rumbo durante otro largo rato perdiendose cada vez mas estaban exaustos, por lo que decidieron pedir ayuda en una cabañita de madera que habían visto un rato atras pero que en un comienzo no se decidieron a entrar.

Tardaron tanto en encontrar nuevamente la cabañita que se les hizo de noche. Se miraban algunas luces por la ventana y Budita se acerco a la puerta a tocar.

— Toc, toc, toc —dijo Budita con un esmero digno de una puerta.
— ¡No molestes, no pienso ayudarte! —se escucho desde adentro luego de un rato.

La voz de aquella persona era amargada y resentida, pero eso no le importaba a Budita, así que insistió.

— Por favor, necesito ir al baño y ya no aguanto.

Luego de otro rato de silencio, se escucho ese ruido que hacen las puertas cuando le quitas como 5 seguros y después se abrió la puerta. Y entonces Budita y tavo pudieron ver que se trataba de una chica vestida con pieles. Obviamente se trataba de Caperucita roja; que ahora en vez de su capucha roja, vestía las pieles del lobo feroz del bosque.

— Quiero que se larguen, estoy muy ocupada, tengo un problema muy grande aquí y nadie debe distraerme... —Caperucita roja siguió hablando pero Budita ya no lo escuchaba porque había aprovechado para atravezar la puerta y entrar al baño.

Luego de un rato salió y se encontro con que la Caperucita roja y tavo la roca estaban en la mesa de la cocina alegando sobre algo con palabras muy raras. Budita quería saber de que hablaban y se los pregunto.

— Este es el problema —dijo la Caperucita roja mostrando un cepillo de dientes lleno de pasta de dientes y un tubo de pasta de dientes desbordandose por las orillas de pasta de dientes.— No puedocerrar la tapa por que se derramaría pasta de dientes y ya no puedo ponerle mas a mi cepillo.

— Tal vez podríamos diseñar un sistema de succión usando conectando una manguera por la parte trasera, tal vez perforando... —Ese era tavo usando las palabras raras de las que hable hace un momento.

Budita no entendia aquello. ¡El problema era muy sencillo!. Tomó el tubo de pasta y agarró el sobrante con los dedos, enseguida se lo metio a la boca y se puso a mover sus cachetes ayudada de sus manos. Luego de un rato, no supo que hacer con aquello y se lo tragó.

Esto impresionó sobremanera a la Caperucita roja. Y como todos sabemos, cuando ayudas a una persona que te de un mal trato esta debe ahora ser benevolente y amable para compensarlo, y esta no fue la excepción.

Caperucita roja quedo tan agradecida que les ofreció alojamiento esa noche y por todo el tiempo que gustaran. Eso y toda la carne de lobo que pudieran comer.

— Eso será hasta que se acabe este sueño —Intervino tavo la roca.
— ¿Y cuándo va a pasar eso? —Quizó saber Caperucita roja.

En este punto Budita se detuvo.

— Cierto, —Dijo tavo— Mientras que en el mundo real buscas significados a partir de tu vida, en los sueños es al reves, son los significados los que hacen los sueños. Así que... piensa, ¿No hay algo que quieras hacer antes de despertar?

¡Por supuesto! ¿Cómo lo había olvidado?

Budita necesitaba su panza para dar buena suerte. Era por esa cosa tan importante por la que estaba soñando ahora mismo.

— Entonces... ¿Hasta cuando te quedaras? —Volvió a preguntar Caperucita Roja.

Budita penso y penso y luego de un rato contesto:

— Nose.

FIN.

No hay comentarios:

Publicar un comentario